La niña del espejo

No siento este cuerpo como mío;
como si de un trasplante se tratara,
este me rechaza constantemente.

No me reconozco en mis letras
tampoco en mis fotos
ni en los ojos que antes me miraban.

No es que no sepa quién soy
es que a estas alturas siento ser nada;
la nada más absoluta.